En la TV nacional existen pocas instituciones serias que hacen su trabajo sin dañar a otros, pero hay algunos programas que están por gusto en la pantalla tal es el caso de Magaly Medina conductora del programa Magaly TV, que desde 1998 hasta hoy sigue dando que hablar con su estilo desenfadado y modo de criticar a los demás, dando a conocer los famosos “Ampays” de la farándula peruana, lo que le costo varias demandas y estuvo detenida por 76 días, pero eso no causó obstáculos para que Magaly volviera a la pantalla chica. Actualmente sigue criticando y ampayando a los famosos pero si modera un poco sus opiniones ya que podría volver a ser detenida.
Otro caso de TV polémica es Laura Bozzo. Mucha gente cree que los peruanos nos comportamos como este grupo de actores que Laura pone en escena. Todos los programas de La
ura Bozzo son iguales; patéticos y ajenos a nuestra realidad. Pero igual se producen gracias a sus ingeniosos productores y la corte de "invitados" que desde los lugares más recónditos de la ciudad acuden hasta los estudios de Monitor para aportar su cuota de dramatización al programa, previo pacto con la producción donde abunda el golpe, el llanto sin lágrima o los gritos descabellados matizan el escenario. El corolario viene luego con la reflexión de la mesurada conductora y el regalo del carrito "sanguchero" a la víctima (a estas alturas McDonalds, Bembo's, Burguer King y otras sandwicherías conocidas en la ciudad ya hubieran fracaso de tanta competencia con los "carritos sangucheros", pero la línea del programa es esa. Vender escándalo a como de lugar y "mostrar" la cuota de "responsabilidad social" hacia el país.
Otro caso de TV polémica es Laura Bozzo. Mucha gente cree que los peruanos nos comportamos como este grupo de actores que Laura pone en escena. Todos los programas de La
ura Bozzo son iguales; patéticos y ajenos a nuestra realidad. Pero igual se producen gracias a sus ingeniosos productores y la corte de "invitados" que desde los lugares más recónditos de la ciudad acuden hasta los estudios de Monitor para aportar su cuota de dramatización al programa, previo pacto con la producción donde abunda el golpe, el llanto sin lágrima o los gritos descabellados matizan el escenario. El corolario viene luego con la reflexión de la mesurada conductora y el regalo del carrito "sanguchero" a la víctima (a estas alturas McDonalds, Bembo's, Burguer King y otras sandwicherías conocidas en la ciudad ya hubieran fracaso de tanta competencia con los "carritos sangucheros", pero la línea del programa es esa. Vender escándalo a como de lugar y "mostrar" la cuota de "responsabilidad social" hacia el país.
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